El Casino La Fortaleza, el último superviviente de Putumayo

En el que se podría denominar como el “Fin del Mundo” por sus inmensas cascadas, Colombia se divide territorialmente en un total de 32 departamentos. Y uno de los más curiosos que podemos encontrar y que más al sur se encuentra de toda la república es Putumayo. Un lugar lleno de atractivos por descubrir para cualquier tipo de turista.

Caminatas por la selva, visitas a cascadas, senderismo a través de parques naturales, comida típica de la zona, ecoturismo, rutas por cuevas y muchas más actividades completan una oferta de ocio y entretenimiento fantástica, tanto para los amantes de la montaña como para los que prefieren la llanura.

Sin embargo, hay una serie de prácticas que cada vez vienen siendo menos habituales en la región amazónica y son las de jugar a juegos de casino. Y es que Putumayo ha ido perdiendo salones de este tipo con el paso de los años para actualmente dejar apenas un superviviente. Una situación extraña en un país que ha sido referencia por su legislación sobre el juego y cuyos mejores casinos colombianos están perfectamente integrados en el día a día de la población.

La realidad es que solo hay que remontarse unos años atrás para ver al departamento regentar una decena de casinos que hacían las delicias de los jugadores. Quizá no eran salas que competían en calidad con casinos de zonas centrales y más pobladas como el Luckia Casino Bogotá o el Hollywood Cali. Pero aun así conseguían buenos números en cuanto a clientela.

Hay que tener en cuenta que la frontera más al sur de Putumayo delimita tanto con Perú como con Ecuador. Al ser estas regiones mucho más restrictivas en cuanto a locales de juego, había muchos usuarios que decidían acudir a algunos de los establecimientos de apuesta más cercanos del sur cafetero.

Con la pandemia ocasionada por el covid-19, esa clase de usuario parece haber desaparecido. En primer lugar porque el aislamiento obligatorio ocasionó el cierre total del sector del ocio y el entretenimiento hasta que la crisis pasara y eso dio alas a que muchos jugadores optaran por empezar a jugar en casinos online, para jamás volver al negocio físico. Y en segundo lugar porque las restricciones de movilidad y la inseguridad con respecto al virus han hecho que los ciudadanos se desplacen lo justo y necesario durante los últimos meses.

Ahora parece que la industria se vuelve a reactivar, pero parece ser demasiado tarde para muchos de sus agentes en Putumayo. Actualmente solo queda un casino en pie y es el Casino La Fortaleza, situado en Mocoa como capital del departamento. Seguramente el estar situado en una zona privilegiada de la ciudad le ha permitido correr con mejor suerte.

Restaurantes, bares de comida, un centro comercial, parques, zonas verdes y sobre todo complejos hoteleros y de hospedaje rodean a un local que no duerme de lunes a sábado y que se toma un respiro el último día de la semana, estando activo tan solo de nueve de la mañana a nueve de la noche. Desde luego que su emplazamiento es ideal para recibir miles de visitas cada día.

Pero del resto del ecosistema creado, en especial para tener una competencia sana y atraer a turistas que específicamente fueran buscando tener relación con tragamonedas y demás juegos destacados de casino, no parece quedar ya nada. Y por ahora no podemos apuntar a que haya atisbos de recuperación por parte de las administraciones locales, regionales o el gobierno central.

En Putumayo se asume como la consecuencia de estar tan alejados de los núcleos de población más importantes, pues Mocoa apenas llega a los 60.000 habitantes siendo la capital, mientras que Puerto Asís se sitúa como la ciudad más poblada sin alcanzar los 75.000 ciudadanos, según los últimos censos de población.

Hay que volver a incidir en que Colombia es de largo el territorio de todo el continente sudamericano que mejor regulación ha realizado en torno a los casinos y juegos online. Tanto que de sus raíces han brotado el resto de leyes y normativas establecidas en sus países vecinos con el paso del tiempo. Además desde que se aprobó su ley del juego, el país ha podido beneficiarse económicamente de la recaudación de impuestos de la misma.

Putumayo se habría convertido en la excepción que confirma la regla y que deja a La Fortaleza como la única salvación de aquellos que quieran tomar un poco de riesgo para su bolsillo. En la región son conscientes del duro papel que va a suponer el mantener al menos este último salón y que pueda perdurar en el tiempo.

Y para aquellos que no tengan cerca una construcción como esta, no les quedará más remedio que apostar por la revolución tecnológica del sector. Los casinos en línea pasan a ser la mejor opción en dichas situaciones, con los que además se puede jugar desde cualquier parte y en cualquier momento.