Joseph Jagger, el ingeniero textil que cambió la ruleta para siempre

Si nos ponemos a explorar la historia del casino, nos encontraremos con personajes que cambiaron la historia del juego para siempre. La industria del azar es un mundo vasto y nos hace cuestionarnos muchas cosas, desde las fichas de juego o el secreto para ganar en máquinas tragamonedas, pero también hay espacio para las anécdotas.

Una de las historias más fascinantes e impresionantes es la de Joseph Hobson Jagger, un ingeniero que encontró un patrón en los números de la ruleta para salir victorioso, pagar sus deudas y ganar mucho dinero en el proceso.

Este empresario inglés nació en Yorkshire y le dedicó su vida a la industria textil, estableciéndose como un importante hombre de negocios en el siglo XIX.

Pese a que se estableció como hombre de negocios, una complicada situación familiar lo puso en aprietos. Un mal momento económico le dificultaba atender a su familia de cuatro hijos, además de que su empresa estuvo al borde de la bancarrota.

En su industria textil, Jagger trabajó con máquinas de costura que funcionaban mediante ruedas giratorias, las cuales se asemejaban en funcionamiento a las de las ruletas. Joseph conocía bastante bien el manejo de su maquinaria, incluso el momento en el que iban a detenerse momentáneamente.

Jagger reparaba sus máquinas cuando se paraban, lo cual llegó a ser una inspiración indirecta en su plan para dar un golpe de suerte. En 1875, uno de sus hijos partió a Montecarlo para buscar mejorar su futuro.

Fue ahí donde aprovechó sus conocimientos matemáticos y le dio seguimiento a los patrones de la ruleta, al hacer una jugada un tanto cuestionable, pero muy lejos de ser ilegal, pues no hizo nada que estuviera en contra de las reglas de este juego.

Con el conocimiento previo de las máquinas de coser, Jagger se dedicó a estudiar las ruletas del Casino de Montecarlo, observándolas por algunos días. En su análisis, se dio cuenta de algunos defectos entre las ruedas y las ruletas, lo cual hacía que algunos números se repitieran más que otros.

Contrató a seis personas con el poco dinero que tenía. Este grupo de empleados se presentó a las mesas de juego del casino para jugar y se encargó de todos los números resultantes en cada juego de ruleta. La recopilación de datos fue fundamental, pues lejos de ser completamente azaroso, existieron patrones interesantes.

El estudio de Jagger indicó que los números 7, 8, 9, 17, 18, 19, 22, 28 y 29 eran más frecuentes en las partidas, comparándose con el resto de cifras, con lo que se encontró con cierta lógica y estrategia por encima del propio azar.

Fue así que Jagger utilizó el dinero que le sobraba para intentar ganarle al casino en su propio juego y sacar una ganancia considerable. Se trataba de una apuesta arriesgada, pues era un esfuerzo por resolver su difícil situación económica y presumir su genio matemático o, de lo contrario, perderlo todo.

La noche del 7 de julio de 1875, Jagger ingresó al Casino de Montecarlo y puso en marcha un plan perfecto para llevarse la victoria. Fiel creyente de su estudio, apostó a los números 7, 8, 9, 17, 18, 19, 22, 28 y 29 y logró llevarse una suma de dinero favorable.

Su éxito fue tal, que François Blanc, quien en ese entonces fungía como director de la sala de juego de Montecarlo, colocó una tela negra sobre la mesa y declaró que Jagger estaba “rompiendo el banco”, es decir, que el jugador fue capaz de agotar la reserva de una mesa de ruleta.

Al “romper el banco”, el Casino estaba en la obligación de tirar de los fondos para volver a financiarla. Jagger ganó el equivalente a 300 mil dólares en cuatro días de juego.

Para el quinto día, se dio cuenta que no estaba ganando lo suficiente, debido a que el Casino Montecarlo intercambió la ruleta que ya tenía identificada. Una vez que se reencontró con la ruleta, volvió a apostar a sus números de la suerte y se adjudicó más de 450 mil dólares.

Tras eso, Blanc se dio cuenta de todo lo que pasaba, el plan de Jagger y el por qué la casa perdía tanto dinero. Sin embargo, poco se pudo hacer, pues Jagger terminó por irse con todas sus ganancias.

Joseph se convirtió en una leyenda de la ruleta y de los casinos, dando un ejemplo de inteligencia y habilidad impresionantes. Con el dinero ganado pudo recuperarse económicamente e incluso invirtió en algunas propiedades.

Después de aquel 7 de julio de 1875, Jagger no volvió a entrar en algún casino, pero dejó un precedente tras su muerte, al inspirar una canción y una película sobre su logro en Montecarlo.

Pero también despertó las alarmas de los casinos, tanto así de que los proveedores de juegos de casino prestaron más atención a las ruedas de sus ruletas, al hacer particiones móviles que evitarían paros patronados y así poder evitar jugadas matemáticas como la de Jagger.