Perú aprueba el anteproyecto de nueva ley de apuestas

Perú da un paso más hacia una legislación en la industria de las apuestas deportivas y los juegos de azar en línea. Hace varios años que el país trata de llevar a cabo una reforma nada sencilla por la naturaleza de esta industria, centrada en las opciones de ocio y entretenimiento de los jugadores. Pero poco a poco el embrollo se va desenquistando.

El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, más conocido como Micentur, por medio de su titular Roberto Sánchez confirmaba las buenas nuevas para los operadores. El Consejo de Ministros aprobaba en las últimas semanas del mes de mayo un primer anteproyecto de ley para la regulación del juego online y todo lo relacionado con las apuestas.

El siguiente paso será que el Congreso debata en sesión pública este plan y llegue a una conclusión sobre él. Es obvio que el proceso no es sencillo, pues las formaciones podrían presentar alegaciones o proponer cambios que llevaran a la modificación del texto. Pero al menos se ha avanzado un paso más en pro de su promulgación como nueva norma estatal.

Micentur es consciente de que el sector del juego ha sido uno de los más perjudicados en este periodo más reciente en un contexto de pandemia mundial generado por el covid-19. Los locales físicos han estado demasiado tiempo clausurados. Y no solo los principales casinos físicos del Perú, sino también las pequeñas pymes y establecimientos pertenecientes al sector.

Al mismo tiempo la asociación tiene en mente el gran desarrollo del medio en línea como plataforma para apostar y promover el juego como oportunidad de ocio y entretenimiento. Y sabe de los excesos, las malas prácticas y la falta de un marco normativo que han tenido estas empresas, también motivado por la falta de ayudas e interés de las instituciones públicas hacia ellas.

Por eso es que la propuesta que presentó Diana Gonzáles a la cámara representativa peruana da la sensación de que va a llegar a buen puerto y que cuenta con el beneplácito de todas las partes. Por un lado, se cumple el objetivo de que el Estado perciba beneficios relacionados de la actividad de casas de apuestas y casinos online en Peru, ya que se impondrá para ellos un impuesto vinculado a sus ingresos netos.

Por otro lado, los legisladores van a poder encargarse de que los colectivos más vulnerables tenga una protección establecida en la norma con respecto a las prácticas de las apuestas. Hablamos de protección a menores y personas en riesgo de adicción, sobre todo mediante las políticas de juego responsable que las factorías van a tener que elaborar y respetar de aquí en adelante.

Y como punto clave también se fomenta la persecución de aquellos agentes del mercado que opten por mantenerse en la ilegalidad y alejarlos del público en general, algo más complicado de hacer cuando existe una ambigüedad en torno al sector y la actividad en cuestión. Adiós a la financiación ilegal, fraudes, delitos y más prácticas negativas que son más fáciles de llevar a cabo a través de internet.

Todo esto busca una finalidad muy clara, que es la de que el desarrollo del mundo del juego también se pueda potenciar, pues ya es muy fuerte tanto en Europa, como en Estados Unidos y países de América Central, como en Latinoamérica y el Perú en particular. Aunque para eso el Congreso también cuenta con el reto de no apretar la soga en exceso con la nueva ley.

El hecho de imponer nuevas obligaciones retributivas a casas y casinos que tienen presencia en la red va a provocar que el sector reporte menos beneficios a corto plazo y que pueda haber operadores que no aguanten el pulso. A largo plazo tendrá un efecto más positivo, pues se realizará una selección tanto en la oferta como en la demanda, si bien las consecuencias para el juego online no se dejarán notar tanto.

Las actividades pertenecientes al mercado de lucro, azar e inversiones de este tipo como son las apuestas pagan impuestos y no debe haber una excepción que rompa con la armonía y la justicia en el ámbito empresarial. No obstante un exceso en las cantidades exigidas podría poner entre la espada y la pared a muchas empresas que en estos momentos se encuentran al alza.

Entre otras cosas porque hay muchas marcas que operan a nivel global y que no necesariamente van a tributar en territorio peruano, a pesar de formar parte del sector. Las casas y casinos que tengan su raíz en el país azteca podrían ser incapaces de competir con ellas si las nuevas condiciones legales no son sostenibles.

Las empresas que quieran conseguir las futuras concesiones y licencias de juego serán controladas por Micentur, necesitarán llevar un registro, tendrán que nombrar un representante y tendrán que adquirir un dominio que sea válido para su actividad en el Perú.

Todavía faltan detalles para que se formalice la nueva ley del juego, pero Perú se muestra dispuesto a favorecer la convivencia de sus habitantes con las apuestas. Sin duda una gran noticia.