La versatilidad y maestría de Phil Ivey

Phil Ivey jugando en el casino

Aunque los jugadores profesionales tienden a especializarse en una disciplina y concentrar todos sus esfuerzos en ella, hay personas que se nota que han nacido por y para el juego. Personas que son capaces de entrar en el ranking de las mayores leyendas de una modalidad, y al mismo tiempo destacar y seguir logrando ganancias en otros. Hay usuarios que no pierden el tiempo y que aprovechan las habilidades conseguidas en un juego y las aplican en otros. Quizá por ello acaban haciéndose un hueco en el mundillo y los que saben de esto tienen que rendirse a sus pies.

Entre ese selecto grupo de jugadores destacamos al estadounidense Phil Ivey. Un tipo privilegiado que hizo un gran trabajo en el poker, convirtiéndose en profesional y ganando varios brazaletes de las World Series of Poker. Sus técnicas avanzadas para conseguir grandes sumas de dinero en este juego también acabó aplicándolas a otras disciplinas como a los dados. Los craps fueron más bien un pasatiempo, lo que de verdad le entusiasmó fue el baccarat y el punto y banca. Aunque al final le acabaría saliendo caro por las sospechas de que podría haber hecho trampas. Pero eso lo veremos más adelante.

Para empezar hay que saber que Ivey nació en Riverside, situado en el estado de California. Después de que su madre diera a luz, su familia se mudó a Nueva Jersey, concretamente a Roselle, cuando tenía tan solo unos meses de vida. En el Old Bridge High School se graduó y cuando comenzó a trabajar es cuando se dio cuenta de la habilidad que tenía para el juego. En la empresa de telemarketing a la que pertenecía sus compañeros le propusieron organizar una pequeña timba de juegos de poker y Phil resultó ser todo un profesional.

Tanto que se tuvo que animar a ir a una de las ciudades marcadas en la guía de todo jugador de Nueva Jersey: Atlantic City. Siendo apenas un adolescente compaginaba su actividad en casinos físicos, jugando también en casinos online. Era cuestión de tiempo que acabara entrando en alguno de los numerosos torneos profesionales de poker existentes. El apodo de “The Phenom” empezaba a gestarse, sobre todo tras hacerse con su primer brazalete de las WSOP en 2002. Dos años antes había derrotado en una mesa final mano a mano a todo un experto como Amarillo Slim, algo que fue muy notable para el despegue de su carrera, al ser el primero en lograrlo.

Ivey es una de las pocas personas que ha podido ganar tres brazaletes en un solo año, además de ser considerado como “Jugador de poker del año” por la revista “All in Magazine” en 2005 y 2009. En total cuenta con diez brazaletes WSOP, empatado en segunda posición del ranking de máximos ganadores con Johnny Chan y Doyle Brunson. También se adjudicó un título de World Poker Tour y llegó a diversas mesas finales, lo que también le sirvió para entrar en el Hall of Fame de este juego. Aunque el Texas Holdem es su modalidad preferida, se desenvuelve a las mil maravillas en 7 Card Stud, Omaha Poker y Hi Lo, así como en eventos mixtos.

Eso sí, su gran triunfo en el juego tuvo un precio. Afortunado en el juego, desafortunado en el amor. En 2009 se divorció después de la gran dedicación que tuvo que ponerle a la que ya era su forma de vida. Algo que aprovechó para poder marcharse al continente asiático por largas temporadas a practicar en los juegos típicos de la zona. La serie de eventos de occidente la dejó algo abandonada, pero no podía estar en tantos lugares al mismo tiempo.

Para terminar su aportación al poker, Ivey formó parte de equipos de varias salas de jugadores profesionales. Eso le motivó a crear su propia compañía con el objetivo de obtener un lugar en el que dar oportunidades a nuevos talentos y entrenarlos y también para crear una aplicación gratuita para jugar e interconectar entre usuarios. Un legado que le proporcionó una fortuna inquebrantable, que en el poker va más allá de los 26 millones de dólares, y que no ha hecho que sus logros en otros juegos queden en un segundo plano. Algunos de los mejores casinos de Las Vegas, como el Bellagio, saben bien lo que es tenerle por sus mesas y temer a que mostrara su cara más afortunada.

Hay que decir que en la ciudad del pecado es donde también le gustaba mucho jugar a los dados. El Wynn Casino fue un lugar habitual para relajarse, aunque haya protagonizado algún episodio fuera de tono en momentos puntuales. Los jugadores profesionales tienen esto y es que les gusta destacar. Para desconectar es un gran aficionado a deportes como baloncesto o golf. Los Ángeles Lakers y los Houston Rockets han contado con su apoyo desde la grada, mientras que en las World Series of Golf llegó a participar. Por ello se llevó otro de sus apodos: el Tiger Woods del poker.

Pero es el baccarat el que le ha permitido enfundarse varios millones más al bolsillo y el que al final ha provocado que le haya salido caro. En un casino de Londres, los administradores se negaron a pagarle la cantidad ganado debido a que acusaron al americano de hacer trampas. Ivey se habría aprovechado de un defecto en la fabricación de las cartas de juego y mediante sus técnicas ganó mucho dinero. El caso fue llevado a los tribunales y tras varios recursos la sentencia fue en favor de la sala de juegos. Phil tuvo que desembolsar bastante cash y permitir que se le retiraran algunas de sus propiedades.

Phil Ivey jugando

Aun así, ese pequeño bache no oscurece la gran carrera que lleva este prodigio estadounidense. Un jugador que ha participado con causas benéficas de forma continua y que sigue comprometido con el juego hoy en día dando la cara en todos los sectores.