Pibe Valderrama: el póker es arriesgar en los momentos oportunos

En el mundo del fútbol, es normal conocer jugadores con un gusto especial por el póker y los juegos de azar. Se trata de figuras del balón que también disfrutan de una partida con sus compañeros de equipo y sus amigos en los tiempos libres, quienes incluso comparan el fútbol con estos juegos, por su competitividad.

Uno de ellos es Carlos Valderrama, conocido popularmente como Pibe Valderrama. El Pibe es un exfutbolista colombiano y parte de una generación dorada de los cafeteros, un ícono del balompié en Colombia, además de un confesado aficionado del póker.

Orígenes

Valderrama nació el 2 de septiembre de 1961 en Santa Marta. Hijo de Carlos Valderrama, quien era mejor conocido en el fútbol como Jaricho y que brilló con el equipo profesional Unión Magdalena, mientras que su madre fue Juana Palacio.

Carlos creció con Alan y Ronald Valderrama, sus dos hermanos que también se dedicaron al fútbol, pero sin el mismo éxito que el Pibe. Los hermanos llegaban a jugar con sus primos en canchas de arena de la Castellana, ubicadas en el barrio Pescaíto de su ciudad natal.

 

¿Por qué le dicen Pibe?

El origen de su apodo es muy peculiar. Jaricho era defensa central y era dirigido por Rubén Deibe, un entrenador-futbolista del Unión Magdalena que era mejor conocido como el Turco.

Jaricho Valderrama solía llevar a su hijo a los entrenamientos. Cuando no llevaba a su retoño, el Turco Deibe preguntaba “por el Pibe”, un término usado en Argentina para referirse a los niños.

El apodo le gustó tanto a la familia Valderrama, que dejaron de llamarlo Carlos o Jarichito, como su papá. Fue así que nació uno de los apodos más populares en la historia del futbol: Pibe Valderrama.

Si bien llegaron a decirle también Mono (término colombiano para una persona rubia), lo cierto es que Pibe se convirtió en un apodo tan icónico como su cabellera rizada.

El apodo es tan popular que, aseguran, nadie le dice por su nombre, ni siquiera su esposa.

 

Una carrera para el recuerdo

Sus primeros pasos en el futbol los dio en el Liceo Celedón, el equipo de colegio que su papá dirigía. Aunque comenzó siendo muy efectivo al ataque, poco a poco comenzó a volverse más creativo y se desempeñó como volante, organizando a sus compañeros y generando las mejores jugadas.

Su ingreso al profesionalismo se dio con el Unión Magdalena, gracias al apoyo de Jaricho Valderrama y del DT del club en ese entonces, Eduardo Dávila. Estuvo en dicho club desde 1980 hasta 1984, cuando se dio su paso al Millonarios de Bogotá, aunque estuvo lejos de brillar.

El verdadero reconocimiento comenzó a llegar en 1985, cuando fichó con el Deportivo Cali, club con el que alcanzó dos subcampeonatos y le bastó para llamar la atención del Montpellier francés, mudándose al viejo continente en 1988.

En 1990 ganó la Copa de Francia un año después se fue a defender los colores del Real Valladolid en España, coincidiendo con sus compatriotas René Higuita y Leonel Álvarez.

Para 1992 regresó a Colombia de la mano del Independiente Medellín, moviéndose un año después al Junior de Barranquilla, permaneciendo tres años y ganando la Primera División en 1993 y 1995. En 1996, jugó en algunos clubes de la MLS hasta 2002.

Un año después, llegó el turno de decir adiós a las canchas. El Pibe Valderrama anunció su retiro en abril de 2003 y, aunque se tanteó la posibilidad de un regreso con el Unión Magdalena, este no sucedió.

Diputó los Mundiales de Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998, además de que consiguió tres terceros lugares en la Copa América de 1987, 1993 y 1995.

 

Su gusto por el póker

En junio de 2015, Pibe Valderrama fue invitado a la Copa América de Póker en Chile, lugar en el que habló sobre su gusto por el póker, un juego que aprendió en el barrio con sus amigos

“Tú sabes que en las esquinas aprendemos todo, así como aprendemos a jugar futbol, hay compañeros y amigos a los que también les gusta jugar al póker y allá le enseñan a uno”, explicó el Pibe en una entrevista.

En dicha entrevista, el oriundo de Santa Marta señaló que se juega por dinero o por quien paga la cerveza o el trago. La idea siempre es jugar y divertirse.

Cuando se le preguntó qué es lo que más le gusta de este juego, fue contundente al decir que se trata de una actividad que requiere mucho trabajo mental, pero que hay que saber arriesgar en los momentos oportunos.

“(Me gusta mucho) la concentración. Hay que tener mucha concentración y ser muy agresivos. Si quieres ganar (en el póker), debes de ser muy agresivo. Pero hay que tener mucho cuidado, porque son las dos cosas, si eres conservador no ganas nunca, pero si eres demasiado agresivo, arriesgas”.

Asimismo, señaló que era una actividad que hacía en concentración con la selección, algo comprensible, pues se trataba de una época en la que no existían videojuegos tan sofisticados como hoy y que era un juego muy popular en los vestidores.

“Había un grupo que jugaba cartas, uno dominó, otro billar… entonces nos divertíamos, era la única manera de pasarla bien, porque si no, te encerrabas ahí y te volvías loco, pero alguno teníamos que hacer”.