México apunta hacia la internacionalización de sus casinos

No ha sido fácil, pero el sector del juego en México ya ve la luz al final del túnel. Tras dos años muy complicados por todo lo que atañe a la pandemia del covid-19 y todas sus posteriores consecuencias, los casinos físicos y casinos online del país azteca están volviendo a las cifras anteriores a esta etapa de emergencia sanitaria.

Las empresas han recuperado sus horarios habituales, el 100% de las salas de juego presenciales han podido reabrir sus puertas y han acogido de nuevo a su cartera habitual de clientes. Y mientras tanto las plataformas en línea continúan potenciando su negocio a través de esos jugadores que se les unieron en pleno confinamiento domiciliario.

Los mejores casinos de México se sienten de nuevo fuertes para hacer grandes cosas en el Pacífico. Sin embargo, ahora se han propuesto dar un paso adelante en pro de la apertura a nuevas fronteras. Así lo confirmó Miguel Ángel Ochoa Sánchez, presidente de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuestas (AIEJA), en un evento tan reputacional como la III Convención Internacional de Juego con Apuesta.

El evento reunió a un gran número de operadores de juego en el Hotel Hilton Santa Fe de Ciudad de México durante finales del pasado mes de marzo. Y lo hizo con la intención de crear unidad y que entre las sociedades pudiera generarse un espacio de análisis acerca de la estructura y funcionamiento del mercado mexicano. Retos como la omnicanalidad y el crecimiento internacional fueron tratados en las diferentes reuniones y coloquios.

Ochoa dejó claro que los actores de la industria están más que preparados para la expansión de sus conglomerados al extranjero y destacó su capacidad de crecimiento. “Queremos que México no quede de lado y demuestre que cuenta con grandes ventajas competitivas con respecto al mundo”, comentaba el dirigente, destacando el potencial de crecimiento del 100% que ve la AIEJA en el juego en línea nacional y el 30% que prevén para el juego físico.

Estos números se unen a los más de 200.000 empleos directos e indirectos que genera este mercado y las buenas referencias que obtuvieron en la convención de especialistas de otros países como Estados Unidos, España, Bélgica, Brasil, Argentina, Costa Rica, Colombia o Perú. En total más de 400 participantes procedentes de más de 20 países, en dos días que fueron todo un éxito.

Las necesarias reformas en materia fiscal

Es muy posible que la AIEJA esté en lo cierto. México no tiene nada que envidiar en cuanto a clima a otras ciudades del mundo que ya le han dado un impulso a sus casinos fuera de sus respectivos países. Tampoco en prestaciones vacacionales o en recepción de turistas. El gran inconveniente seguramente esté en la actual Ley Federal de Juegos y Sorteos, que es la que realmente puede encorsetar o desencorsetar el sector.

Este reglamento fue aprobado el 31 de diciembre de 1947, hace ahora 76 años, y desde entonces apenas ha sufrido algunos retoques en 2004 y 2013. Sin una normativa moderna y más adaptada a la nueva realidad del juego será complicado que los casinos aztecas, incluso las casas de apuestas, puedan dar este paso.

La ausencia de una exigencia fiscal única para todos los salones del país también es un claro inconveniente, pues realmente unos operadores aportan unas cantidades a las arcas del Estado y el Gobierno, y otros lo hacen de manera totalmente diferente aportando otras. Esa falta de coherencia también crea desigualdades, pues cada sociedad tributa en base al lugar en el que se encuentre su localización.

Y la otra clave que no resulta de gran ayuda la aportó el propio Miguel Ángel Ochoa en sus declaraciones: el sector de casinos en México ha tenido 12 reguladores diferentes en 15 años. En ocasiones cuando llega uno nuevo, este pretende deshacer lo que no comparte de lo logrado por el anterior, y antes de poder desarrollar al completo su propia idea es sustituido por el siguiente.

Esa inestabilidad complica todavía más las cosas y genera que casi el 60% del juego en línea presente en el país se encuentre fuera del marco regulativo. Son más de un centenar de plataformas que funcionan con total libertad y ajenas al control de las administraciones mexicanas. Eso es algo que debe cambiar.

Todas estas cuestiones hacen que el planteamiento de la AIEJA todavía esté algo lejos de poder llevarse a cabo, pues primero los casinos tendrían que abordar todas estas cuestiones internas con el Estado para tratar de subsanar las carencias que existen. Una vez alcanzados diferentes objetivos comunes, se podrían buscar maneras de dar ese salto internacional.

En los últimos años ya han llegado inversores extranjeros dispuestos a impulsar a diferentes factorías y se han aceptado a operadores de juego online llegados desde países de Europa y del resto de América Latina. Eso enriquece a todo el tejido empresarial y crea una competencia en la que se ve beneficiado el cliente. Habrá que ver si se van produciendo nuevos cambios que vayan en esta misma línea y que no impida el desarrollo de los casinos territoriales.