El antiguo Casino Taoro en plena rehabilitación en Tenerife

El tiempo pasa para todos y su desgaste hace mella en todo aquello que resulta perecedero. Incluso monumentos históricos pueden llegar a caer con el transcurso de los años si no se cuidan como merecen. En el año 2006 el Casino Taoro decidía cerrar sus puertas en el municipio de Puerto de la Cruz, en la isla de Tenerife, y ponía fin a sus operaciones en un emplazamiento con gran encanto.

El Gran Hotel Taoro fue inaugurado el 22 de diciembre de 1890. Entonces su finalidad no era otra que la de servir de alojamiento para visitantes llegados a las Islas Canarias desde todos los puntos del mundo. El arquitecto francés Adolphe Coquet fue el encargado de plantar las bases de una construcción majestuosa, que junto a sus jardines encandilaron a toda España.

Con la llegada del siglo XX muy cerca, el complejo se convirtió en el primer gran hotel de Tenerife y el primer edificio de lujo que abría sus puertas en el país. Su leyenda habla de que supuso un antes y un después en el turismo insular, hasta el punto de situar en el mapa una villa de apenas 5.000 habitantes de la que logró ser el gran abanderado.

Por la fonda llegaron a pasar ilustres personajes históricos hispanos como Agatha Christie, Joaquín Calvo Sotelo o el rey Alfonso XIII, y miembros de la nobleza extranjera como los casos del duque Eduardo VIII, el canciller Konrad Adenauer o los reyes de Bélgica. No era para menos con sus más de 15.000 metros cuadrados de superficie y los más de cinco años que duró su edificación.

El cuerpo central estuvo listo en el año que se realizó la inauguración, pero las dos alas que culminarían en forma de U no finalizaron sus obras hasta 1893. El Taoro tenía más de 210 habitaciones de lujo, un comedor para una centena de comensales, un gran vestíbulo, una biblioteca y una sala de billar. También se instaló en él la primera pista de tenis de Canarias, así como jardines de corte francés e inglés.

Una vez que comienza su actividad, los visitantes de Puerto de la Cruz se multiplican por diez, si bien la inversión de los accionistas también se duplica en base a lo inicialmente planeado. Las tensiones en la Europa de principios de siglo solo hace que la propiedad cambie a manos alemanas, para finalmente volver a sus dueños originales sin que nadie sea capaz de levantar su vuelo.

Tras muchos traspiés finalmente es el Cabildo de Tenerife el que se queda con la operación del Hotel Taoro y en 1979 inicia su reconversión a casino. Con el juego autorizado tras el final de la dictadura franquista y la presencia de los casinos online todavía muy lejos, el Casino Taoro estuvo activo durante 27 años, hasta 2006.

Entonces los responsables de la sala de juegos decidían trasladarla hasta el complejo de Lago Martiánez, donde conviviría con muchos más espacios de ocio a modo de ciudad vacacional. Y al Taoro no le quedaba otra que cerrar quedando en el olvido. Ni si quiera los cuidados básicos se han respetado para un edificio histórico. Y que ahora podría volver.

Nuevos planes de reconversión

Trece años sin saber nada del Gran Hotel Taoro ni del Casino Taoro. El Cabildo tinerfeño hizo sus esfuerzos por tratar de sacar a concurso público su arrendamiento, pero las propuestas no abundaron. Hasta en cuatro ocasiones quedó en saco roto. Los trabajos de acondicionamiento de un lugar así suponen un esfuerzo bastante grande para cualquier empresa y el sector dejó de lado durante más de una década al principal responsable de la prosperidad económica insular.

Sin embargo, en 2019 apareció la hotelera Tropical Turística Canaria con un buen plan y que además iba en serio. Al inicio de 2020 comenzaron los trabajos y se le dio un nuevo aire a los exteriores del antiguo casino. Parecía que el Taoro estaba recobrando vida, hasta que la pandemia y su posterior crisis se la volvieron a arrebatar.

La promotora pidió un aplazamiento de lo acordado con las entidades gubernamentales debido a lo extraordinario del panorama de emergencia sanitaria, y se le fue concedido. Pero una vez superado ese momento en España, 2023 es el año marcado para la vuelta de los trabajos en Puerto de la Cruz.

El objetivo de Tropical es la de volver a darle la categoría de hotel de lujo y conseguir esas cinco estrellas gracias a una inversión que rondaría los 30 millones de euros. En Tenerife ya tiene otros referentes de ese tipo como “Las Terrazas de Abama Suites”, lo que lo convierte en un agente inmobiliario de garantías al que poder confiarle las llaves del antiguo Taoro.

Además, el lugar no puede ser más idóneo. Está lo suficientemente alzado como para ofrecer unas vistas completas de Puerto de la Cruz y el Océano Atlántico. Barrancos, arenas, playas y malpaíses y conos generados por las erupciones del volcán de La Horca (siglo XV), rodean el parador.

Ahora queda ver en qué quedará exactamente su uso y si los trabajos llevados a cabo por sus instigadores llegan a buen puerto. El Taoro nunca ha destacado por ser un proyecto demasiado sostenible económicamente desde sus inicios y ese aura podría perseguirle en un periodo incierto como el que vivimos. Por ahora solo queda esperar.